Esa mujer (Ella)...
Me saca de las letras,
Me envuelve en poesía,
Me lleva a pasear por las flores mas gomosas en humedad.
Desvela secretos de los intocables.
De mirada faro pausada y desenfrenada puede hablar.
Así es el fuego...
Como despierta veloz violenta la llama
También así de rápido se apaga y vuelve a prender.
Titila en su despertar o apagar paulatino...
Así es la llama.
Su aliento carne del universo fresco desnuda.
Su oscuro aroma envenena impiadoso todo foco hormonal.
Su suave besar levanta tormentas lluviosas que a sus pasos nada dejan atar.
Su fuego puede salpicar.
Cascara del infierno mas frutado y alcohólico, su abrigo mas natural.
Cabellera de los que solo la pueden soñar.
Emana el perfume mas extraviado de la madera del navío mas pirata en poema nomade del océano universal.
Le sedes el mando y no quieres regresar, te pierdes direccionado en su fagocitar, chocando todo accidente, extraño se armoniza tu respirar. Te ahogas en el fuego.
Tu estar no yace bajo luces, el tiempo se extravía lejos como idea, las calles, los arboles, todo es correctamente faltable... Y sus parpados todo el extenso infinito enigma que tu empirismo sueña alcanzar, como la meta mas completa y soñada del primate mas sofisticado, del hombre mas ancestral y mas aun primitivo y mas aun sin dialecto. Aun mas, sin palabras, que ya no descubren nada, y caen los números rendidos ante maderos oxidados por jugos oníricos. Todo es luz, y sus ojos... Ya no es necesario mas.
Oooohhh!!! Infinita muerte, calma la tempestad. Nuestras. Ella es una llama. Es de fuego.
Grullio Pozarli.
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