Hormigas brotan excitadas de pánico de un volcán dormido y son hormigas que hormigas tras hormigas junto a miles de abejas y moscas límpidas, escapan del mismo... Circulando, volando ebrias.
Se escuchan trompetas largas de un palacio de dinastía Japonesa. Anuncian la liberación de un Atomo tan Ancestral como Majestuoso... Empieza a tomar forma de ubre este átomo, empieza a caer por una luminosa y fría escalonada de mármoles de Urano, mientras seguras trompetas siguen el compás de sus pasos. A cada vez encuentra escalones mas cortos y así también sus rebotes... Hasta...
Y llega!
Y llega!
Y toca la tierra! Acompañado por un shock de platinos platillos.
(Intervalo temporal color ámbar)
Anuncian su llegada con golpes seguros que redoblan. Filas de caballos locos, en dos patas relinchan.
(Intervalo temporal color Lila)
Una moto sola se dirige al cielo en busca de los pájaros de mercurio.
Los cabellos de un caballo danzan contra las ondas del viento gestando una sutil y apagada melancomelodia.
Misterios cegados por un sol intenso acosan el verde pasto donde pastorea una solitaria vaca holandesa (Guiño parafraseante color negro y rojo). Y uno de los arboles verdes lejanos simula el espantapajaro, pero la metálica voz de una virgen celestial igual aterriza en un horizonte en fuga y trepa el monte verde oscuro en su diagonal. Su voz se va multiplicando; danzan acordes como mareas tristes, acosadas por espasmos de lavas ardientes tridentes; coros que se ahogan conjuntamente y se reclaman en un auxilio pendiente... Paso; paso y pasos de gigantes gnomos, cruzan por las pupilas curiosas de un rumiante solitario que se encuentra en la multitud de sus ojos. Sus manchas negras se derriten y se vuelven blancas en unos riffs estirados por dedos de un pisciano sutil y explosivo... De serena escena, con sus zapatos de sencilla estampa, como un mecánico delirado con tornillos de su alma.
Todo se frena deslizando... Za, za , zaz. tra tra ta, ra ta ti ta. to! to! Chesz! Notas y un mmmmmmm... de mantra. Pasa, tu todo pasa.
Todo se torna confuso y bocinas paranoicas cruzan la bioposmodernidad y ranas cibersonicas caen a un agujero negro, donde las devoran grillos que luego vomitan mariposas.
Y todo regresa en cabellos de caballos, en un desenlace medio. El viento se vuelve tierra, surgen pequeños charquitos de agua de la galaxia del fuego.
Pupilas como labios.
Astros como almejas.
Refritos y barítonos agudos.
Costas rocosas del Mediterráneo abrazan la opera infernal de una civilización abandonada. Y la virgen se aleja navegando sobre una trompeta oxidada, abandonada. Y ella se hizo música del alma, en un horizonte transpolado a la nada olvidada... Y se durmió... Como se duerme un final.
(Intervalo temporal color ámbar)
Anuncian su llegada con golpes seguros que redoblan. Filas de caballos locos, en dos patas relinchan.
(Intervalo temporal color Lila)
Una moto sola se dirige al cielo en busca de los pájaros de mercurio.
Los cabellos de un caballo danzan contra las ondas del viento gestando una sutil y apagada melancomelodia.
Misterios cegados por un sol intenso acosan el verde pasto donde pastorea una solitaria vaca holandesa (Guiño parafraseante color negro y rojo). Y uno de los arboles verdes lejanos simula el espantapajaro, pero la metálica voz de una virgen celestial igual aterriza en un horizonte en fuga y trepa el monte verde oscuro en su diagonal. Su voz se va multiplicando; danzan acordes como mareas tristes, acosadas por espasmos de lavas ardientes tridentes; coros que se ahogan conjuntamente y se reclaman en un auxilio pendiente... Paso; paso y pasos de gigantes gnomos, cruzan por las pupilas curiosas de un rumiante solitario que se encuentra en la multitud de sus ojos. Sus manchas negras se derriten y se vuelven blancas en unos riffs estirados por dedos de un pisciano sutil y explosivo... De serena escena, con sus zapatos de sencilla estampa, como un mecánico delirado con tornillos de su alma.
Todo se frena deslizando... Za, za , zaz. tra tra ta, ra ta ti ta. to! to! Chesz! Notas y un mmmmmmm... de mantra. Pasa, tu todo pasa.
Todo se torna confuso y bocinas paranoicas cruzan la bioposmodernidad y ranas cibersonicas caen a un agujero negro, donde las devoran grillos que luego vomitan mariposas.
Y todo regresa en cabellos de caballos, en un desenlace medio. El viento se vuelve tierra, surgen pequeños charquitos de agua de la galaxia del fuego.
Pupilas como labios.
Astros como almejas.
Refritos y barítonos agudos.
Costas rocosas del Mediterráneo abrazan la opera infernal de una civilización abandonada. Y la virgen se aleja navegando sobre una trompeta oxidada, abandonada. Y ella se hizo música del alma, en un horizonte transpolado a la nada olvidada... Y se durmió... Como se duerme un final.
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