jueves, 31 de enero de 2013
La naranja
La tome de la heladera, estaba fresca, casi fría.
Su color el mas mágico, como su nombre.
Ella sabia...
Se relajo y me dijo que mi boca era una dictadora y que mis dientes asesinos, eran feroses... Que mi lengua una perversa cómplice...
Si hablamos de degustar naranjas soy un desenfrenado vampiro, pero me conmovió.
Cuando fui a mirarla para contestarle ya no estaba...
Descansaba en el calor de la desintegración.
Era una nada en el todo...
Era Acción.
Grullio Pozarli.
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