miércoles, 5 de octubre de 2016

Darse el cidio si mismo.

Una vez apareció, en formas de ideas poco locas y pesimistas. Pero en ideas poetizadas... Y otras mas teóricas. vino a visitarme con distintas mascaras y discursos.
 Como si abrazara un buda, me quede inmóvil, tocaba mi hombro, me gritaba... Seguía quieto. Me hablaba suave, gentil y luego gritaba o aparecía en tango o en final de película, todos los finales de conceptos ahí estaba. Parado en el borde de espaldas a lo que era un misterio hasta para el. Ella, ese misterio. Y como no la conocía a ella, salvo en simulacros de alcoholemias bohemias y perdidas de rumbos preadolecentes y adolescentes... O en perdidas de muy cercanos seres.... Solo simulacros...
 Por eso contuve la inmovilidad... Seguí caminando y viajando sin sentir nada, no persivia olores ni sabores, el dolor no se podía desmenuzar, todo surgia muy rápido en ese tiempo, amores cortados, filosofos filosos, redes de intereses, amor cero, dioses cero, romance con la nada, esa que se yo...
 Y un día, se fue alguien y mi mente giro, y un día, hubo un tiro de sonido, mi guitarra estallo, y ese tiro solo fue un sonido simbólico que duro lo que duro ese poco aire en la habitación. 
 al tiempo gire, lo mire donde no había ojos y le dije, mira, la muerte, ella, la muerte, es el misterio que me mantiene vivo. Así que no insistas mas. Tu que eres yo, estarás en mi, pero ya tu discurso servirá solo como recuerdo y anécdota y como advertencia. Tan biológico, tan social, tan del amor puro...
 Tu belleza la eh visto en muchos actos. Pero seremos amigos, tu, sui, yo, cidio. Pero ya no vuelvas...
sabes lo que te dije... 
 La muerte es el misterio que me mantiene vivo.

Y ademas...
Siempre hacia adelante me dijo mi amigo León...
Siempre esto es una lucha, no te dejes llevar contra las cuerdas, no te encierres, muévete, respira, mantén la respiración, muévete en el ring de la vida.
 es difícil, hay mareos, hay llantos, temores, triunfos, velocidad, quietud, sexo, muertes, golpes, caídas, levantadas...
 Levántate, escucho la campana, levántate igual. 
No hay campana.
 
 

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