miércoles, 20 de abril de 2016

Caja de zapatos.

Tu sonreías con vergüenza
mientras te quitaba tu ropa
También sonreía tímidamente
 mientra tu me quitabas mi ropa...
El día empezó a irse en el parque...
En tu cuarto ya no estaba, solo quedaba la noche.
Tu aroma de mujer se filtro en el infinito del momento donde todo rota y nada es concreto.
Era tan efímero como eterno.
Las sustancias volátiles con que nuestros cuerpos se conocían
se iban hundiendo en una especie de síntoma de amor.
Los barcos en las costas cercanas a lo que seria hoy Portugal, estaban aislados
algunos llevaban alguna vela encendida con fuego. Las telas ardían.
el viento y el aire nos acariciaban, y nuestra agua interna era externa
Y nos volvíamos entre nosotros y nos envolvíamos y traccionábamos como plumas y como primitivos cuerpos en la luz de las sombras. Nunca termino. La música, no.
Las aguas tremendamente saladas y oscuras faltas de sol se agitaban en gigantes olas.
Los dragones eran pequeños con la edad de nuestros colmillos y los aromas frescos, como única rosa de terciopelo que ni había soñado siquiera con un vino tan nítido de laboratorio.
Una noche era muy poco, los días se hicieron uno. Con pequeñas salidas esporádicas.
A cenar muy barato, colonialmente barato. A la buena suerte, por que no había grande papeles en mis bolsillos en esas noches.
Los vampiros volaron desde los montes, día tras día. Esperando la noche para volar y el día para dormitar agotados, A esos barcos encendidos querían llegar y encontrar el ron y acariciar las maderas mientras disfrutaban de las estrellas.
La pared no era tan blanca tan pintada... Pero era mas bella en aquella época de una sola cama de una sola plaza de una sola acción de calor. Era magia mas que florecer. Y las cortinas eran geniales.
Y disfrazarme con su vestidos. Era capaz de cualquier cosa por pescar esa risa tan rica, tan explosiva, tan desnuda, tan fresca, tan alimento y nueces y almendra, tanta miel, tanta oscuridad cálida tan amplia su carcajada como elegante.
 Los vientos eran fuertes y el mundo era mas oscuro en aquellas noches de tiempo... Todo era tan desconocido, los marineros tenían mas imaginación que libros y series y películas. Sus luces eran internas. Las sirenas y los vampiros iban a encontrarse en el mayo de libertad. La sangre solo correría por las venas y por amor, por respeto.
 Buscaban porque sabían que buscando iban a encontrar. Todo era infinito. Todo es finito pero si lo supieron es porque es infinito. Si lo saben. Cuesta respirar... Cuando surge en recuerdo. Ya lo veras...
Ya lo verán... Como cuesta respirar. Le llaman amor alguno cursis al misterio del tesoro.
Y luego era otra vez igual de bello y exacto, pero no era un momento. eramos llegando juntos como caballos que frenaban pero seguían y saltaban al abismo. Su boca era un abismo y sonreía y luego relajaba de golpe mientra sus ojos grandes se abrían mas grandes para luego cerrarse y abrirse.
Una pequeño desfallecer, era un escape para los dos del mundo del tiempo y de las obligaciones.
Era el caos de los peces. Eran flechas, toros, conejas, tigres veloces, era un equilibrio donde los guerreros se abrazaban sin lucha luchaban por darse cada vez mas dulzura.
 No es un cuento, no es una caja de zapatos, apenas hay migajas en una caja de zapatos. apenas una chispa. Una miga de cristal, imágenes, palabras. dibujos y cubitos de madera negros y blancos.
Los vampiros probaron el agua salada y las sirenas abrazaron los arboles del bosque.
Al volver por la calle, una diagonal mas preciso, pude sentir que era parte del aire, solo reconocía los aromas, ya no había olores. Todo eran lucesitas tridentes y armónica en la mente, no oscuridades, no había circuitos, todo era una sola luz era de noche y era de día. Mi piel recogía todo, cada partícula velozmente y con matices de dulzura, mis ojos y reflejos eran de gato. Mis bigotes eran los de un felino. Todo era tan fresco como una respiración profunda en una selva mojada por lluvia. Mi percepción era tan nítida como el movimiento de la vida. sentía que no iba a llegar a ningún lado, que no iba a ningún lado. Que no venia de ningún lugar. Todo era movimiento. Todo era vida.










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